La belleza
Uno de los grandes debates musicales ha sido el de conjugar música con belleza. La música es un arte basado en el sonido. Para ser comprendido, se utilizan las matemáticas. Con ellas se puede dividir la altura y la longitud. Así se pueden combinar los diferentes sonidos de forma objetiva. La belleza no es algo estrictamente objetivo, por eso su inclusión a la hora de apreciar la música no resulta fácil.
Los elementos por los que se juzga una obra musical, su calidad, son objetivos y mensurables. Son el resultado de la mejor o peor combinación de estos elementos numéricos. Esta combinatoria crea una estética propia. La estética de lo complejo. Bach compone una música compleja y transparente a la vez. El oyente, sin necesidad de análisis teórico, percibe este orden supremo. Este florecer de formas que nacen de las formas. Este contrapunto de vuelos melódicos engendra su propia belleza. Bach ha encontrado “lo bello” en esta técnica compleja. No hay referencias musicales ya que Bach está creando una música. Hay un punto de partida. Con Bach, la música nace. Bach descubre la belleza de lo abstracto pues su música no hace referencia a otras músicas, es música pura.
Otro manera de incluir la belleza en la música es haciendo referencias musicales. El discurso musical ha ido conformando un lenguaje cuyos códigos sirven de referencia para el autor y para el público. Estos códigos, que pueden ser acordes, melodías, ritmos, dinámicas, motivos, timbres, crean una estética propia. “Lo bello” aparece por referencia. Es un recuerdo que el músico rescata e integra en la obra. Debussy, en ocasiones, utiliza la música para describir ciertos fenómenos extra-musicales. Así la armonía que propone da un giro y su funcionalidad se pone en cuestión. Así consigue una evolución en el lenguaje musical.
Podríamos añadir una tercera vía, la belleza del sonido. El sonido es emocionante. Provoca emoción. Esta cualidad se resume en el timbre. La altura, desprovista de su cualidad combinatoria se convierte en timbre. Las determinadas mezclas de timbres generan emoción pura. Takemitsu propone una música donde el timbre es la principal atracción. “Lo bello” aparece como una sensación, como una mezcla de sonidos, determinada disonancia, un arpegio… Los elementos que sirven para analizar una obra musical de estas características son más difusos. Al rescatar elementos utilizados anteriormente la calidad de la obra tendrá más que ver con el gusto que con la técnica. El buen gusto nos guiará hacia lo nuevo. Una combinación de este tipo de referencias cristalizará en la modernidad.
La belleza aparecerá en la música por estas tres vías descritas. La belleza de lo complejo, de la música pura. La belleza de la estética musical y la belleza del sonido.
Entonces, las vías para incorporar la belleza en la nueva música, en la música moderna, deberán tener en cuenta estas tres cualidades del sonido. Su capacidad de crear formas complejas a través de la combinación de sus características. La capacidad de hacer referencia meta-musicales, de utilizar elementos del lenguaje conformado a lo largo del discurso musical y la capacidad emotiva del sonido.