Friday, June 01, 2007

CDMC 06/07. AUDITORIO 400. 28 de mayo. SAX ENSEMBLE. Varios Compositores.

Temporada del CDMC 2006/07. 28 de mayo de 2007. 19:30. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Auditorio 400. Sax Ensemble. Director: José Luis Temes.

Obras:

-Edison Denisov- Concerto Piccolo.
1979.
-Cristóbal Halffter - Espejos. 1964.

-Tomás Marco - Paraíso dinámico. 1993.
-Sofía Gubaidulina - In Ewartung. 1994.


Denisov - Halffter - Marco - Gubaidulina

Salen los miembros del Sax Ensemble a escena. Ellos de smoking y ellas de negro, pantalón y camiseta muy sobrios. Nos vemos obligados a decir que el uniforme de los miembros masculinos es, quizá, poco adecuado para el tono del evento. Podrían perfectamente sustituir sus bellos instrumentos por bandejas con canapés. El director viste un gastado traje gris y corbata que le asemeja más a un vetusto gerente de oficina que al magnífico músico que se nos presenta en escena. ¡Y como dirije! En la primera obra, Concerto piccolo de Denisov, no marca el compás sino que muestra a los intérpretes diferentes números utilizando los dedos de las manos. 1, 2, 3, 4, 5... ¿Y que pasará con el 11? Muy fácil, puño y dedo. Intentamos descifrar esos códigos. No lo conseguimos. La impresión tímbrica vuelve a ser fascinante, pero, hay que suponer que, no es la intención del compositor pues se puede leer en el programa que se trata de una obra "serialista". Es lo que tiene escuchar una música de este tipo. Uno no se entera de nada y tiene que imaginarse otra cosa. Mientras nuestra imaginación vuela, el tipo del saxo vuelve a sacar esas magníficas "notas dobles" a sus cuatro instrumentos.

Espejos de Cristóbal Halffter es una obra para cuatro percusionistas y cinta magnética cuyo plan obliga a grabar la primera parte de la pieza en cinta (o en un soporte digital más moderno, suponemos) que luego es reproducida en la segunda parte (sin interrupción entre ambas) mientras los percusionistas continúan su interpretación. El programa lo llama "técnica de anillos", procedimiento creado en los albores de la música electrónica. Efectivamente, el director a la mitad de la interpretación hace un gesto al técnico de sonido, situado en el patio de butacas para que reproduzca lo antes grabado. ¡Ah! Ahí está la cinta. En un principio cuesta escucharla (No se si por mérito o demérito de la interpretación) pero el público queda tranquilo cuando algo de lo electrónico se percibe hacia el final. Parece una pieza sobre la que el compositor ha efectuado un riguroso control de los parámetros musicales. Su audición destila una gran concreción y rigor, como el mecanismo de un reloj.

En el descanso desmontan los altavoces y el escenario queda preparado para recibir al Paraíso dinámico de Tomás Marco para 4 saxos y percusión. Debido a esta particular orquestación, es muy dificil no tener la sensación de estar escuchando una banda interpretando un pasodoble cuando el percusionista toca el bombo y el platillo. Esta impresión desaparece con el acorde final más cercano a una bigband.

Y este concierto nos deja para el final una de las obras más divertidas escuchadas esta temporada: In Ewartung de Sofía Gubaidulina, para cuatro saxos y seis percusionistas. Se trata de una pieza repleta de efectos tímbricos inusuales, ejecuciones heterodoxas, extraños instrumentos... que hacen de ella una obra de extraordinaria riqueza timbrica. Las bocas de los saxofonistas percuten la boquilla. Los percusionistas frotan con el arco las placas de los vibráfonos, y junto a los saxos simulan sonidos y armónicos extraordinarios. Un percusionista ejecuta un solo de un instrumento innombrable (¿violín de fantasía?) que impregna la música con un reconfortante tono humorístico. Los platillos frotados producen esos maravillosos armónicos, o lo que sean. Un extraño sonido grave es extraido del bombo al ser frotado con algún tipo de material. Todos estos efectos son combinados con mano maestra por la compositora que consigue integrarlos con naturalidad en el devenir musical lo que la hace una pieza muy agradecida para el público.

El concierto deja un buen sabor de boca. Los componentes del Sax Ensemble son aplaudidos. Normal. Han estado excelentes.